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Desarrollo rural

AIAF: una lección de los países en vías de desarrollo

Paula Álvarez | UPA - 28/04/2015

El Año Internacional de la Agricultura Familiar 2014 finalmente fue más festivo que efectivo en los países llamados desarrollados. Mientras, Estados de Latinoamérica, Asia y África avanzaron en su legislación al respecto, demostrando así que cuando se trata de cambiar, la voluntad puede más que los medios. En nuestro país, la organización agraria UPA asegura que seguirá luchando para que las propuestas consensuadas durante ese año de debate no queden en el olvido.

Cuando la ONU declaró el 2014 como Año Internacional de la Agricultura Familiar, el objetivo era que las administraciones de todo el mundo desarrollasen políticas a favor de sistemas agrarios basados en la unidad familiar. Efectivamente, así lo han hecho 15 países con un denominador común, son países en vías de desarrollo.

De esta manera, según el Foro Rural Mundial, se ha logrado avanzar legislativamente en Gambia, Mali, Paraguay, Colombia o Bangladesh, por ejemplo. Sin embargo, en la Unión Europea “ni siquiera se ha definido qué es la agricultura familiar. Así que, si no existe legalmente, no se regula”, explica José Manuel Delgado, responsable técnico de Agricultura Familiar de UPA.

Algunas de las medidas aprobadas en estos países han ido en la línea de apoyar la financiación de las explotaciones familiares o la incorporación de los jóvenes. Otros países han optado por aumentar las partidas presupuestarias destinadas a fomentar este modelo de producción.

Las peticiones particulares del Comité España del AIAF, presidido por el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, son que en nuestro país se constituyese un Observatorio de la Agricultura Familiar y que se redactase una Ley de agricultura familiar, pero ambas demandas han sido hasta el momento ignoradas por el Gobierno.

Además, Delgado se lamenta de “la poca ayuda del equipo de la ministra Tejerina a la hora de apoyar el AIAF y de trasladar al resto de la sociedad esta cuestión”. En su opinión, “fue por este el motivo por el que el AIAF se quedó dentro del sector agroalimentario”.

Aún así, “UPA no se rinde”, declara Delgado, y añade que “en los próximos días remitiremos una demanda a los partidos políticos para que nuestro decálogo de propuestas no quede en el olvido”. “Es importante especialmente en estas semanas de campaña electoral”, dice.

En cualquier caso, Delgado explica que la actitud del Ministerio no empaña del todo el balance del AIAF 2014. Destaca como puntos positivos que “en él han participado entidades de todo tipo que, a pesar de nuestras diferencias, hemos conseguido aunar nuestras posiciones en un manifiesto con diez propuestas claras para el Ministerio”.

¿Por qué agricultura familiar?

“Agricultura y ganadería, por supuesto, y familiar por encima de otros tipos”, señalan desde UPA. Las razones para apostar por ella “son muchas”, pero desde esta organización destacan cuatro fundamentales.

La primera es una cuestión de seguridad alimentaria. “Fomentar las explotaciones agrícolas familiares evita que la alimentación de un país dependa de un puñado de multinacionales y del panorama político internacional”, declaran en la organización profesional. En este sentido, no se puede perder de vista que el 70% de los alimentos del mundo se producen en explotaciones familiares.

La segunda razón es el respeto a la naturaleza. En UPA se muestran seguros de que “las políticas encaminadas a proteger y desarrollar las explotaciones familiares, son también políticas que ayudan a preservar el medioambiente. Este modelo es el más respetuoso con el medio ambiente y, por tanto, el más sostenible”.

En tercer lugar, destacan la inclusión. Las familias unen en su seno a personas de muy diferentes perfiles: desde ancianos hasta niños y tanto hombres como mujeres. Por eso, dicen, “desarrollar una ley de la agricultura familiar pasa por incluir en ella a todos sus miembros”.

Por último, en UPA sostienen que “apostar por estos modelos constituye una estrategia para combatir la crisis no sólo exitosa, también duradera a largo plazo ya que fortalece el tejido económico de una sociedad desde sus bases: el sector primario”.

El AIAF proporcionó datos muy interesantes en este sentido: de los más de 570 millones de explotaciones agrícolas en el mundo, más de 500 millones son familiares, según datos del Foro Rural Mundial. Estas constituyen en su conjunto la fuente más importante de empleo rural en todo el mundo.

Al mismo tiempo, en la organización de agricultores y ganaderos no pierden de vista que la agricultura familiar fortalece los pueblos y esto revierte positivamente en todos los motivos anteriores, aseguran. “Con el fortalecimiento de los pueblos, la producción se disgrega por todo el territorio y contribuye a acortar los ciclos de distribución”, explican desde UPA.

También afirman que el estilo de vida de los pueblos es más respetuoso con la naturaleza que el de las ciudades. Además, en referencia a la inclusión, en la organización agraria recuerdan “en ellos pervive una cultura particular que se preserva con mayor autenticidad cuanto más fuerte sea la posición de los pequeños municipios”. En UPA lo tienen claro: “fortalecer la economía de los pueblos, es consolidar la economía del país”.

Avances del AIAF 2014

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