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Política Agraria Común

De lo local a lo global

Phil Hogan. Comisario de Agricultura y Desarrollo Rural. Comisión Europea - 20/07/2016

Los agricultores han tenido siempre muy presentes los vínculos entre lo local y lo global. Crecí en una pequeña explotación familiar de producción mixta en el sureste de Irlanda, y recuerdo que mi padre me explicaba que la leche que se recogía en la explotación se destinaba a la distribución no solo en Irlanda, sino también al extranjero. Esto me abrió los ojos sobre nuestro lugar en el mundo en sentido amplio.

A nivel local, los agricultores y los ganaderos siempre han estado en el corazón de las comunidades rurales. Y si queremos que nuestras zonas rurales prosperen en las próximas décadas, deben permanecer y seguir ocupando ese papel.

Sin embargo, los agricultores y los ganaderos deben recibir apoyo para que esto suceda. La agricultura siempre ha sido un trabajo duro que requiere mucho tiempo y dedicación. Es un medio de vida que demanda la participación de toda la familia.

Y hoy en día se espera de los agricultores y de los ganaderos que desempeñen una amplia variedad de funciones para satisfacer las demandas de la sociedad. Se espera de los agricultores y los ganaderos que puedan proporcionar alimentos de alta calidad, nutritivos y asequibles para el consumidor. Se espera que mantengan nuestro medio rural y el paisaje en buenas condiciones. Se espera de ellos que creen empleos rurales y cooperen al crecimiento económico. Y ahora también se espera de agricultores y ganaderos que contribuyan a la lucha contra el cambio climático, así como que jueguen un papel determinante en la gestión de recursos naturales tan valiosos como son el suelo y el agua.

La Política Agraria Común (PAC) reconoce estas realidades y tiene como objetivo apoyar al agricultor, tanto a nivel local como global. La PAC proporciona estabilidad de los ingresos para los agricultores y los ganaderos y ofrece oportunidades para mejorar, readaptarse profesionalmente e innovar. Asegurar un nivel de vida equitativo a los agricultores y los ganaderos está escrito en los tratados que rigen la legislación de la Unión Europea, y esto no va a cambiar.

Nuevos desafíos

Sin embargo, hay una multitud de desafíos a los que agricultores y ganaderos tienen que enfrentarse en la actualidad.

¿Cómo podemos asegurar que una nueva generación de jóvenes esté dispuesta a mantener nuestra tradición agrícola familiar? Esta es una cuestión muy compleja. Los jóvenes rurales contemporáneos tienen expectativas con respecto a su futuro estilo de vida que son diferentes a las que tienen sus padres. Creo, por consiguiente, que tenemos una responsabilidad común en mostrar a los jóvenes que la agricultura puede ser una opción de trabajo rentable por carrera remuneradora y al mismo tiempo interesante y gratificante.

 También tenemos que desarrollar herramientas de gestión del mercado más sólidas que aseguren a los agricultores una red de seguridad en estos tiempos difíciles caracterizados por las crisis de mercados. Estos podrían incluir nuevos mecanismos para seguros, que protejan los ingresos de los agricultores. También tenemos que desarrollar nuevos instrumentos que faciliten a los agricultores y ganaderos el acceso a préstamos y créditos bancarios y les aseguren oportunidades para invertir e innovar.

Tenemos que mejorar la conectividad de banda ancha rural, para que la nueva generación de agricultores y ganaderos tenga acceso a la tecnología que esperan y que se merecen. También es vital el desarrollo de la investigación y de la innovación para hacer que el trabajo de los agricultores y los ganaderos sea más fácil, más eficaz y más productivo. La “agricultura de precisión” o la “agricultura y ganadería inteligentes” tienen un papel importante que desempeñar.

La PAC está apoyando todas estas ideas, y espero que iniciativas sólidas y viables comiencen también a surgir a nivel local, regional y nacional en los próximos años.

También creo que tenemos mucho trabajo por delante para fortalecer la posición de los agricultores y los ganaderos familiares en la cadena alimentaria. Estoy analizando este asunto a nivel europeo. A título de ejemplo, he establecido un grupo de trabajo de expertos en mercados agrícolas –que incluye a una española, Esther Valverde Cabrero– para explorar nuevas soluciones. También estoy analizando iniciativas nacionales como las que se han desarrollado en España o en el Reino Unido.

Estas iniciativas deberían tener un impacto importante a nivel local, pero también hay que abordar la dimensión global, que es importante.

Si queremos que esta generación de agricultores y ganaderos, así como la próxima generación, dispongan de un buen nivel de vida gracias a su trabajo, tenemos que encontrar nuevos mercados internacionales para dar salida a su producción de alimentos y bebidas.

Los agricultores no deberían temer los acuerdos comerciales. Si nos aseguramos de que nuestros estándares europeos, así como la calidad, dispongan de una protección elevada, estoy seguro de que los efectos positivos superarán con creces a los negativos. Mis colegas de la Comisión Europea y yo mismo hemos declarado firmemente, y en repetidas ocasiones, que no nos echaremos para atrás cuando se trate de proteger nuestros estándares.

A principios de este año he estado en Colombia, México, China y Japón, acompañado por pequeñas y medianas empresas del sector agrario europeo, con el objetivo de explorar nuevas oportunidades para el comercio de productos agrarios entre Europa y nuestros socios comerciales. Creo que estos viajes y las oportunidades que ofrecen los mercados visitados pueden beneficiar a las explotaciones familiares en España en los próximos años. A título de ejemplo, la Unión Europea y Colombia lanzaron la negociación de un acuerdo sobre el comercio mutuo de productos orgánicos (así como con México). Estas iniciativas deberían beneficiar a los agricultores deseosos de aprovechar las oportunidades cuando estas se presentan.

Otra cuestión global importante es el medio ambiente y el cambio climático. Está claro que la sociedad espera de los agricultores y los ganaderos que desempeñen un papel en la protección de los recursos de nuestro planeta, y estoy de acuerdo con este enfoque.

Pero también insisto en que los agricultores y los ganaderos deben ser recompensados por el cuidado del medio ambiente. Si están motivados, tanto económica como socialmente, van a realizar este importante trabajo mejor que nadie.

Le deseo a su organización todo lo mejor para el presente y el futuro, y reitero que tanto mis servicios como yo mismo nos encontramos a su disposición para explorar cualquier idea que quieran sugerirnos para mejorar la política agrícola europea que compartimos. ¡Buena suerte!

Artículo original publicado en el Anuario 2016 de la Agricultura Familiar de la Fundación de Estudios Rurales

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