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En la gestión democrática de las organizaciones políticas y sindicales, el momento más importante es la celebración de los congresos, en los que se aprueba la gestión realizada, se acuerdan nuevas estrategias para el futuro y se renuevan las personas que lideran los órganos democráticos de gestión.
Una práctica que nació en la segunda mitad del siglo XIX con los primeros sindicatos y partidos políticos progresistas, que aún hoy no está plenamente asumida en muchas organizaciones conservadoras, pero que es determinante para garantizar el control de las y los afiliados sobre el rumbo de la organización a la que voluntariamente pertenecen.
La suma de congresos es, por tanto, el mejor reflejo de la trayectoria democrática de cada organización. Así ha llegado UGT, la organización sindical con más historia en España, a su 43º Congreso Federal en mayo de 2021. Y así hemos llegado en la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos a nuestro 10º Congreso Federal, 39 años después del primero, como la organización agraria fuerte, solvente y con la mayor representatividad entre el colectivo mayoritario de la agricultura y ganadería familiar en España.
Nuestro 10º Congreso Federal, como tantas otras cosas, se vio condicionado por la pandemia. Se ha celebrado un año después de lo previsto, pero entre todo el trabajo inicial que ya estaba avanzado hay uno que incluso ha ganado fuerza tras los efectos de la covid-19. Se trata del eslogan con el que preparábamos el congreso en los primeros meses de 2020, coincidiendo con las históricas movilizaciones de los “Agricultores y ganaderos al límite”: “Agricultura y Ganadería Familiar. Ahora más que nunca”. Sencillo, contundente, nuestro mensaje a la sociedad –y a nosotros mismos– quería significar lo decisivo del tiempo presente, después de conseguir un tsunami de solidaridad hacia la necesidad de reconocimiento, precios y leyes justas para los mercados agroalimentarios.
La cuestión es que a esa realidad se sumó la condición estratégica –por si aún cabían dudas– que tenemos las y los profesionales de la agricultura familiar para la seguridad alimentaria de toda la población. Ahora más que nunca, en un tiempo presente que se prolonga como excepcional desde hace más de un año, se ha demostrado que somos esenciales, y por ello queremos ser visibles ante la sociedad, que se nos escuche y se nos atienda.
España, como el resto de Europa y el mundo, se enfrenta a la recuperación tras el desastre sanitario, social, económico, laboral… Los retos son descomunales. Y solo serán abordables con el esfuerzo colectivo, despreciando actitudes mezquinas y destructivas. Ahí estaremos nosotras y nosotros, ahora más que nunca, produciendo alimentos y buenas intenciones por el bien común.
Editorial del nº 284 de LA TIERRA de la agricultura y la ganadería.