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La Tierra Jaén - 53


La comercialización de aceite de oliva marcha a un ritmo imparable hacia su tercera campaña consecutiva de récord. Las ventas, y sobre todo las exportaciones, de nuestro producto estrella continúan al alza, con unos precios estabilizados por encima de los costes de producción del olivar tradicional, lo que demuestra que el consumo no se resiente en absoluto por mucho que se superen los tres euros por litro en origen. Y?los datos son tozudos en este sentido. Los seis primeros meses de campaña se han cerrado con 790.000 toneladas vendidas, lo que representa un incremento del 2,5% con respecto a la media de los últimos cuatro años. Sí es cierto que, en comparación con el pasado año en concreto, es una cantidad ligeramente inferior, pero también tenemos que contextualizar el momento que estamos atravesando. Por eso mismo es más que necesario poner en valor las salidas de aceite de oliva, que transcurren en paralelo a las conseguidas la campaña pasada, que fueron las más altas de la historia. Un momento difícil por la invasión de Ucrania por parte de Rusia y que nos ha traído la guerra a las puertas de Europa;?por una elevada inflación y un injustificado incremento de los precios de todos los productos y, en especial, de nuestros insumos agrícolas y ganaderos. Y a pesar de esas dificultades, a las que tuvimos que añadir un paro del transporte que causó un daño económico a nuestras cooperativas y almazaras porque se impidió la normal y constante salida de aceite de oliva de sus bodegas, nos encontramos con un incremento de las salidas, que en marzo alcanzaron las 155.000 toneladas, lo que demuestra que el aceite de oliva goza de un gran prestigio entre los consumidores.

La pandemia en 2021 supuso un refuerzo del consumo del aceite de oliva que este año, con las consecuencias económicas y de desabastecimiento de productos como el aceite de girasol que está causando la guerra en Ucrania, se está manteniendo más o menos en los mismos niveles. Esto demuestra que el consumo no se resiente con los precios ya estabilizados por encima de los costes de producción en el olivar tradicional y que todo el aceite de oliva que se produce se consume. Este dato de la comercialización en los primeros seis meses de campaña es importante, sobre todo si tenemos en cuenta que en diciembre de 2021 se vendieron 113.000 toneladas; en enero de 2022 salieron 126.000; en febrero fueron 140.000;?y en marzo han sido 155.000 toneladas.

Es un hecho incontestable que las ventas, y sobre todo las exportaciones, marchan bien. Así lo reflejan los datos. Por ese motivo, el sector olivarero jiennense tiene que ser capaz de seguir marcando el futuro de los precios en origen. Ya hemos visto que el consumo no se resiente cuando cubrimos los costes de producción en el olivar tradicional. Ahora solo falta que la Ley de la Cadena Alimentaria se aplique en su totalidad para complementar el momento dulce que vivimos los olivareros y mirar hacia delante con determinación.

Índice

  • POMOCIÓN. Llevamos el aceite de oliva virgen extra a la Escuela de Hostelería de Sevilla.
  • MOVILIZACIONES. Un paro y una gran manifestación para reivindicar futuro en el medio rural.
  • ACEITE DE OLIVA. Reclamamos cambios normativos para proteger el olivar tradicional de Jaén.
  • FORMACIÓN. Un "Erasmus agrario" para fomentar el conocimiento de jóvenes agricultores.
  • MUJERES RURALES. Fademur trabaja por toda la provincia en defensa de las mujeres del campo.

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