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La Tierra Jaén - 59


Nadie puede dudar ya de que nos encontramos ante la segunda mala campaña consecutiva y otra más de las muchas complicadas con las que nos hemos encontrado en las últimas décadas. Incluso podríamos decir que estamos ante la segunda peor cosecha del siglo XXI. Llegamos a ella después de unas campañas en las que se ha vendido más aceite que nunca, y con valor añadido, sobre todo esta última en la que los precios han tenido una coyuntura elevada que, si bien podría considerarse positiva, no lo es por cuanto los olivareros no nos hemos beneficiado de esos precios. El consumidor, a pesar de ello, sigue apostando con fuerza por nuestro excelente producto. Eso nos hace pensar que los consumidores saben que nuestros aceites de oliva son algo más que un simple producto de alimentación y que el enorme trabajo que realizamos los olivareros debe verse recompensado de forma justa.
El problema, realmente, no se encuentra en los precios, que entendemos serán coyunturales por cuanto no hay cosechas normales y, según los datos de la Junta y del Ministerio de Agricultura, rondaremos el millón de toneladas de aceite de oliva en España, incluyendo el enlace con el que llegaremos a una nueva recolección, el más bajo de todo el siglo. No, el problema lo tenemos que buscar en los cada vez más recurrentes efectos del cambio climático, que inciden en la cosecha del olivar español, que supone casi la mitad del existente en todo el mundo. Si en España no se produce aceite de oliva, como por desgracia vamos a sufrir por segundo año consecutivo, el mundo entero lo nota.

En este contexto, seguimos viendo con preocupación cómo día a día se intenta trasladar a la opinión pública que el consumo de aceite de oliva se está resintiendo por unos precios elevados y, de esta manera, llegar a convencernos, incluso a los olivareros, de que eso es muy peligroso. Y esto no es verdad, como reflejan los datos. Claro que se ha reducido la comercialización, simple y llanamente porque no hay producto para vender. La campaña de comercialización 2022/2023 se ha cerrado con nuevos datos sorprendentes, con más de un millón de toneladas vendidas frente a las poco menos de 700.000 producidas. Seguimos vendiendo más aceite del que producimos, lo que demuestra que el consumidor se mantiene fiel a la grasa vegetal más sana y saludable que existe: el aceite de oliva.
Ahora, ante la nueva campaña que en algunos tajos y cooperativas ya ha comenzado, no superaremos el millón de toneladas disponible, entre el enlace de campaña y la producción, a lo que habrá que sumar unas importaciones que serán complicadas por cuanto muchos países del entorno, caso de Turquía y ahora Marruecos, han decidido cerrar sus fronteras e impedir exportaciones porque ellos tampoco tienen aceite para su consumo interno. Por lo tanto, que no nos vendan que el aceite tiene que ser regalado, como ya sufrimos por desgracia hace tres años cuando no superaba los 2 euros, para que el consumidor lo compre, que ningún iluminado achaque la bajada de consumo interno al precio, ya que el volumen que no existe no se puede vender.

Índice

  • ACEITE DE OLIVA. La provincia de Jaén producirá la segunda mala cosecha consecutiva de aceite.
  • COMERCIALIZACIÓN. Concluye una campaña positiva, con más de 1 millón de toneladas de aceite vendidas.
  • FERIAS. UPA Jaén se convierte en el epicentro del debate olivarero en Úbeda y Andújar.
  • MEDIO AMBIENTE. UPA Jaén pide soluciones a los daños de la fauna salvaje en los cultivos.
  • MUJERES RURALES. Fademur Jaén participa en la Feria de Emprendedoras de Carcabuey.

 

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